Ayer, en cambio, fue un día de contrastes. Por la mañana, tuvimos la suerte de recibir la visita del Obispo de Zamora, y aprovechando la circunstancia, subimos a San Martín de Castañeda a celebrar la Eucaristía y a visitar la Iglesia del pueblo. Por la tarde, nos manchamos mucho en la Gymkana Guarra, pero qué bien nos lo pasamos. La noche fue para nuestra archiconocida Tetera Loca.
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